jueves, 13 de marzo de 2014

Los Indigenismos.

     En nuestra lengua, damos uso a términos que tienen una trayectoria bastante larga, específicamente de la época en la que habitaron nuestros aborígenes, estos términos se conocen como "indigenismos". 
Los indigenismos pueden tener una influencia local, es decir que sólo son utilizados en una comunidad, o pueden tener una influencia nacional incluso mundial, dependiendo del objeto al que se haga referencia.
En los indigenismos se encuentran palabras originarias de muchas lenguas de pueblos mesoamericanos y ésta ha sido una forma de preservarlas a través del tiempo, ya que actualmente el rescate y estudio no solamente de las lenguas indígenas sino también de las costumbres y culturas de estos pueblos que aún existen en diferentes regiones, tiene una gran importancia como patrimonio cultural de la humanidad.
10 ejemplos de indigenismos:
  1. Cancha: Palabra de origen Quechua que se hablaba en los Andes y que significa terreno para el juego de pelota.
  1. Tiza: Palabra de origen Náhuatl que se usa para dar nombre a las barras de yeso que se usan para escribir en pizarrones.
  1. Chicle: Indigenismo de origen Náhuatl.
  1. Apapacho: Este Nahualismo significa abrazos.
  1. Escuincle: Palabra de origen Náhuatl que significa niño.
  1. Aguacate: De origen Náhuatl que sirve para nombrar un fruto.
  1. Chocolate: Indigenismo Náhuatl usado para designar al cacao molido.
  1. Chapulín: Insecto parecido al saltamontes.
  1. Chilpayate: Niño.
  1. Guajolote: Pavo
De igual forma, hay otras palabras que se han mantenido hasta hoy, tal es el caso de:  Butaca, morocota, morrocoy, mazorca, canei, mamei, machete, piña, piragua, cura, chicha, canoa, papaya, totuma, ají, batea, cacique, danta, guarapo, entre otras.

     En Venezuela muchas de esas voces tienen uso muy frecuente en el lenguaje cotidiano del hablante, y aún hoy invaden cada contexto, saliendo a relucir cada vez que el venezolano los necesita. "No son pocas las palabras de origen indígena en nuestro pequeño mundo. Sin conciencia de aquellas filiaciones, innumerables voces fluyen en nosotros desde el pasado desconocido y viviente, extinto y recurrente, ignoto y cotidiano: auyama,  carapacho, cabuya, entre otros..." (2004) (p.14) Gustavo Pereira. 
     Existen infinidades de términos indígenas en nuestro español y que a diario usamos, es importante entonces reconocer algunos de los que más se escuchan, por ello Lisandro Alvarado escribe su "Diccionario de voces indígenas venezolanas", en donde se encuentran los nombres de objetos, alimentos, fauna, y no menos importante los nombres de estados que componen la República Bolivariana de Venezuela. Otros indigenismos venezolanos traspasaron los límites y los han llamado "Americanismos", tal es el caso de (butaca) que designa un lugar donde sentarse y descansar. Es así como en Venezuela se hallan 28 grupos étnicos y más de dos millares de comunidades.
Algunos indigenismos:
Butaca, morocota, cacao, mazorca, canei, macana, mamei, canoa, morrocoy, conuco, caribe, papa, yuca, cacho, coco, plátano, guarapo, pulpero, tuna, vale, cabuya, cazabe, aguacate, guayaba, huracán, totuma entre otros.

"El profesor americano" del gran actor cómico Jorge Tuero. (Estudiantes del Ángel de la Guarda). Si lo viste, coméntalo.

A propósito del estudio de las particularidades sintácticas, morfológicas y léxico semánticas de nuestro idioma. Aquí les dejo este popular personaje cómico de los años 90, para que constaten la riqueza del español de Venezuela.

domingo, 23 de febrero de 2014

Lengua: "El castellano de Venezuela" de Ángel Rosenblat

El castellano en Venezuela

Ángel Rosenblat

El viajero que llega a tierras venezolanas con su bagaje de castellano «oficial», está expuesto a más de una sorpresa. Su automóvil pasa a la humilde categoría de carro, y si eso puede molestarle, se consolará cuando al reventársele una tripa no tenga que recurrir al médico —trance siempre peligroso—, sino a su tripa de repuesto, o a un parcho (o palcho). Por los caminos le sucederá que, sin ser faquir, tenga de cuando en cuando que comerse una flecha, o sea marchar a contramano. Si lleva consigo a una señora, ella podrá tener ansias, pero no hay que hacerse ilusiones, porque en seguida dará pruebas evidentes de náuseas. Puede algún colega exigirle que le preste el gato; no hay que creer que ese exigir sea prepotencia, porque no es nada más que rogar, y en seguida tendrá la prueba porque, agradecido ante su amabilidad, lo invitará a pegarse unos palos en un botiquín. No es para alarmarse: es una invitación muy simpática a tomarse unos tragos en una taberna o bar.

Y si no es usted automovilista, si es usted señora de su casa y tiene que ir al mercado, sus tribulaciones pueden ser muy serias. Para obtener su carne tendrá que recurrir a la pesa y al pesero, o pesador, porque eso de carnicería y carnicero parece excesiva crudeza. Verá que el apio no es apio, sino un tubérculo indígena, y si se empeña en conseguir apio para aromatizar, con perejil, sus sopas, tendrá que recurrir a sus reservas de francés o de inglés y pedir celerí. Si quiere habas o porotos (es el nombre quechua, extendido hasta la Argentina), tendrá que conformarse con las caraotas negras, que dan uno de los platos criollos más deliciosos. Y si quiere calabaza tendrá que pedir aullama («en el monte aúlla, y en la casa llama», adivina adivinador). Y le ofrecerán además la yuca, el ocumo y el ñame, para que pueda preparar el sabroso sancocho venezolano, temible rival del puchero argentino y del cocido español.

Pero sus tribulaciones reales comenzarán en el momento de pagar. No porque los precios le parecerán una horrenda prueba de xenofobia (más bien lo son de antropofobia, y también de misoginia), sino porque se perderá usted haciendo cuentas, de puyas, lochas, medios, reales, bolívares y pesos o fuertes. Si por una piña le piden a usted 25 centavos, no se entusiasme; eso equivale a un bolívar y 25 céntimos, porque un centavo son cinco céntimos. Siempre que vaya a comprar, el procedimiento más recomendable es entregar la cartera al vendedor. Si le da algo de vuelta, dése usted por contento. Si no, no se olvide de reclamar por lo menos la cartera.

Y aunque no sea usted automovilista ni dueña de casa, siempre se llevará sus sorpresas. Cuando le presenten dos morochas debe usted saber que son dos hermanas gemelas, aunque sean rubísimas (en la Argentina serían «dos morenas»). Es frecuente que un hombre le diga: «¡Hay que amarrarse los calzones!» antes de emprender una acción que requiera toda la hombría, y olvide que los calzones son en otras tierras prenda exclusivamente femenina. Eso sí, cuídese usted de la mamadera de gallo, que también se llama aquí tomadera de pelo, porque el venezolano es temible mamador de gallo y delira por la guachafita. No se deje engañar por eso de las estaciones del año. Hay solo dos, pero el invierno se caracteriza por ser más caluroso que el verano. En compensación, le da por llover más: el invierno está muy recio le dirán porque es una temporada muy lluviosa, o que está cayendo un invierno bravo, o un palo de agua, lo cual equivale a un chaparrón. Si le dicen voltee la esquina, no quieren decirle que la derribe, sino que la doble usted. Y procure que no le coloquen en el camino una concha de mango, porque se irá indefectiblemente de bruces, como cuando le colocan a uno una cáscara de banana o de plátano, y es cosa que aquí hacen a veces —o hacemos a veces los profesores amargos en los exámenes con los inocentes alumnos, o las agraciadas venezolanas con los siempre incautos pretendientes para hacerlos caer en las dulces redes del matrimonio.

El turista, ¡pobre!, se llevará a cada rato las manos a la cabeza. Tendrá una impresión extraña. Con todo, será una impresión falsa. Como las impresiones de todo turista. Hay una greguería del gran Ramón Gómez de la Serna, algo enigmática: «Dormía —dice— con la boca abierta, como si fuese un turista de los sueños.» ¿Y por qué un turista de los sueños tiene que dormir con la boca abierta? Seguramente porque un turista es por naturaleza un boca abierta, un hombre que anda por el mundo con la boca abierta.

La visión del turista es pintoresca, pero siempre superficial. Una guía del turismo lingüístico podría reunir varios centenares de expresiones que en otras partes se entenderían de manera distinta y hasta cómica, y muchas que en otros países son inocentes y aquí se han vuelto tabú (o viceversa). Pero lo mismo pasa con cualquier región del castellano; y si se quiere, del inglés o del francés. Por debajo del pintoresquismo superficial hay una profunda unidad de lengua española. Venezuela, todos los países hispánicos de América y España hablan una sola y misma lengua, aunque dentro de esa gran unidad, cada país, cada región, cada pueblo, y hasta cada individuo, tiene su propia fisonomía, sus propios matices. Venezuela tiene estilo lingüístico peculiar dentro de la gran unidad de la lengua española.

¿Cómo se explican las diferencias con otras regiones? En primer lugar, por la influencia indígena. Cada región americana tiene sus propios nombres para la flora y la fauna, porque sus árboles, sus flores, sus frutos, sus pájaros, constituyen su nota más original y característica. Muchas de las designaciones venezolanas son también antillanas, bien porque proceden de los indios arahuacos y caribes, comunes a Venezuela y las Antillas, o porque las trajo el conquistador español, que pasó en las Antillas su primera etapa de aclimatación americana, o porque pasaron de Venezuela a las Antillas en los cuatro siglos de contacto. Por ejemplo, yuca, cazabe, arepa, cabuya, caoba, bucare, caimito, anón, guanábana, guayaba, maguey, mamey, merey, guamo, guácimo, ceiba, totuma, papaya, mangle, sabana, comején, iguana, nigua, jején, cocuyo, acure, guabina, carite, caimán, tiburón, colibrí, morrocoy, guacamaya y muchas más. Y hasta hay una voz indígena de Venezuela que ha tenido rara y brillante fortuna por el mundo: butaca, de los indios cumanagotos. Y otra, que no es indígena: el arrastracueros venezolano, que ha circulado por Europa y ha vuelto a América transfigurado en el rastaquouère francés.

Además, las distintas regiones de Venezuela se diferencian bastante entre ellas. Caracas (y todo el Centro) se caracteriza por el papelón (grandes conos de azúcar sin refinar), los Andes por la panela (panes cuadrilongos del mismo azúcar). En Caracas la banana se llama cambur (en cambio el plátano es una variedad que se come asada, frita o sancochada), y en Los Andes guinea. El cambur se puede considerar la fruta nacional, no solo por la cantidad de platos en que entra o por la veintena de variedades que ofrece, con nombres pintorescos (topocho, locho, pineo, cuyaco, titiaro, dominico, manzano, morado, negro, roso, mataburro, rabo de mula, jartón, zumbi, etc.), sino porque tener un cambur (un puesto público) es ideal legítimo de todo ciudadano, y hasta varios cambures, lo cual ya es encamburarse muy seriamente (lo mismo que en España enchufarse). Y así como es muy agradable tener un buen cambur, es horrendo que lo descamburen a uno, lo cual es perder el cambur, o que le corten el cambur.

Otra fruta diferenciadora de los venezolanos es el aguacate (el nombre es mejicano; en los países del Sur, palta, de origen peruano); en Los Andes se llama cura (de los antiguos muiscas). Y se cuenta de un pobre campesino que había perdido su mula y preguntaba desconsoladamente a todo el mundo: «Ore, pares, ¿usted no ha visto una mula cargada de cures verdes, la santa cruz matada y el gobernador de ña rastra?». La cruz matada es el lomo llagado, y el gobernador es el cabestro.

Las distintas regiones de Venezuela se diferencian además por la pronunciación y por la morfología. En líneas muy generales se puede hablar de dos regiones: las tierras altas y las tierras bajas.

Las tierras bajas de Venezuela (Caracas, con todo el Centro; la Costa, desde Maracaibo hasta Oriente; los Llanos y Guayana) relajan las consonantes: aspiran o se comen las eses (loj hombrej, laj ocho, lo fósforo, etc.), debilitan o pierden la d intervocálica (toíto, venío, una bofetá, etc.), pierden la r final (voy a comé, etc.), confunden r y l (señol, sordao, etc.), pronuncian débil y velar la n final de palabra (corazón, etc.), Hay quienes creen que algunos de esos rasgos (por ejemplo la confusión de r y l) se deben a influencia negra. Es una suposición gratuita. La verdad es que se da, en general, en casi todas las tierras bajas de América, y también en Extremadura y Andalucía. Gabriel y Galán, en sus poesías extremeñas, escribe señol, mejol, peol, invielno, huélfano, etc. La comedia madrileña se burla del maestro andaluz que dice: «Niños: barcón, sordao y mardita sea tu arma se escriben con l».

En cambio, las tierras altas de Venezuela (los estados andinos de Mérida, Táchira y Trujillo), como la región andina de Colombia y las tierras altas de toda América, pronuncian muy bien, y hasta con cierto énfasis, todas las consonantes. Un andino se distingue en seguida de los demás venezolanos por la manera como silba las eses. Hay además en Los Andes un rasgo lingüístico que sorprende a los profanos: el voseo. Se dice vos sos, vos tomás, vos tenés, etc., igual que en Colombia, la Argentina u otros países. Este voseo se extiende por gran parte de los Estados Lara y Falcón.

También la extensa y rica zona del Zulia, con su gran ciudad de Maracaibo («la tierra del sol amada», y en verdad que hay amores que matan), tiene voseo. Pero es un voseo distinto del andino: vos sois, vos cantáis, vos tenéis, etc. Esas formas son también generales en Trujillo y penetran en Lara, Falcón y Yaracuy. En todas esas regiones de voseo son corrientes imperativas como vení, decí, salí, cantá, que proceden de los antiguos venid, decid, salid, cantad, usados para dirigirse a una sola persona (la gente cree que se deben a desplazamiento del acento). Esos imperativos se conservan también en muchos lugares de los Llanos y de Guayana, como resto del voseo español, que fue general en España y América en todo el siglo XVI.

Tierras altas y tierras bajas se diferencian además por las fórmulas de tratamiento. En Los Andes todavía se oye su merced, aunque no tanto como en Colombia y la Sierra del Ecuador. El andino trata de usted o vusté hasta a su mujer, los hijos o los hermanos (cuando se enfada usa el vos). En cambio, el caraqueño, el oriental o el llanero tratan de tú a todo el mundo. En general, Venezuela es tierra de una campechanía asombrosa. Por fortuna, no existen las rígidas jerarquías de otras partes ni el figurón, que tantos estragos hace en algunas tierras. El prestigio hay que ganárselo día a día, y en ese sentido nadie vive de sus rentas. Hay una simpática familiaridad. El apretón de manos casi no existe: las personas se abrazan, o se dan palmadas en los brazos. Y por menos de nada un estudiante da unos cariñosos golpecitos en el hombro a su anciano profesor. El venezolano es, en general, enemigo de toda solemnidad.

También llama la atención en Venezuela la gran cantidad de voces de origen inglés (mejor dicho, norteamericano). No solo las del deporte (sobre todo las del base-ball), de los negocios (desde chequear, que está desplazando al galicismo controlar), o de la industria (la petrolera, etc.). Hay una verdadera inundación de anglicismos, hasta en la casa del más sencillo ciudadano, aun en el apartamento más humilde: el hall, el living, el pantry, el clóset, el seibó, el estor, sin contar partes más excusadas. Y no hay que olvidar los anglicismos enmascarados, como las plumas fuentes, las fuentes de soda y los perros calientes. El más horrendo es el okey y el más simpático el picoteo: de pick up, el fonocaptor de radio y fonógrafos, se ha formado picot, y de ahí picotear, bailar al son del picot, y picoteo ‘fiesta donde se puede picotear’ (quizá haya además juego con picoteo, de pica, asociándolo con parloteo, etc.).

¿Y qué tiene de extraño que haya tantos anglicismos, si todo llega de los Estados Unidos, en lata, hasta las frutas tropicales, los refrescos, el cacao y otras especialidades venezolanas? Con esto del progreso técnico, parece que hay señoras que han encargado sus niñitos a Nueva York (antes los traían de París) y cualquier día llegan enlatados, en potes. ¡Es comodísimo!

He ahí uno de los aspectos más ostensibles de la nueva Venezuela. El léxico está en constante renovación y marcha con los vaivenes del mundo. Hemos pasado por la época del cabaret, la boîte, el cognac, el champagne, el rouge, el paltó, el control y la toilette, y estamos entrando en la del dancing, el cocktail, el brandy, el whisky, el carro y el chequeo. ¡Cómo cambia el mundo!

Pero más importante, desde el punto de vista lingüístico, es el sistema de preferencias dentro del castellano mismo. Amado Alonso decía que todo el lenguaje de Buenos Aires se podía reducir a dos palabras de signo opuesto: todo lo bueno es lindo, todo lo malo es macana. En Venezuela todo lo bueno es sabroso: no solo un manjar, sino también un paisaje, un concierto, una persona, una fiesta, una película, una conversación, un paseo, etc. Y entre las valoraciones negativas, la que tiene más peso es la de la mala suerte, lo pavoso. Tener pava o pavita o ser pavoso es la suprema descalificación. Hay una verdadera profusión de palabras equivalentes: junto a la pava, la mabita (de ahí mabitoso), la guiña (del francés guigne) y el mayén (que puede ser verde o floreado), y aun una serie de términos regionales. Todo venezolano que se precie tiene su lista de cosas pavosas (es pavoso por ejemplo, un paraguas abierto dentro de la casa, un sombrero encima de la cama, un zaguán empapelado, encontrarse con un tuerto o un bizco, etc.), y también de personas pavosas. La contra de lo pavoso es hacer un ademán típico, y además el cariaquito morado. El lenguaje revela el fondo supersticioso y juguetón del pueblo venezolano.

Otro rasgo importante es la afición a los términos genéricos. Todo objeto grande o pequeño, es un bicho (o bicha), un coroto o un perol (y aun perola). Toda persona, respetable o no, es un tercio (o terciazo), un o una cifra («Fulano es una cifra valiosa del magisterio»). Contaba Pocaterra que de regreso de uno de sus viajes le dijo un amigo, que quería lanzarlo por los azarosos caminos de la política venezolana:

—Tiene usted que ponerse en contacto con los elementos.

La frase le pareció muy profunda, porque un político que se precie debe familiarizarse estrechamente con los cuatro elementos, el agua, el aire, la tierra y el fuego (sobre todo el fuego). Pero no, el amigo aludía nada más que a los elementos del partido.


Pero no exageremos. El castellano de Venezuela tiene plena fisonomía americana y puede uno deslizarse plácidamente por él, no sin algún tropiezo, como por las hermosas carreteras y autopistas del país. El que maneje el castellano solo por los diccionarios y las gramáticas puede llevarse sorpresas. Pero el que conozca el habla familiar y popular de otras partes de América, o el castellano hablado en Madrid o en Sevilla, se sentirá en casa propia. Porque en Venezuela se habla una variedad dignísima del castellano. A cada paso sorprende, en el habla familiar, la extraordinaria riqueza de giros, de comparaciones ingeniosas, de expresiones pintorescas y metafóricas, la imaginería verbal, la profusión de matices. Y la prensa y la literatura presentan en general un castellano que puede parangonarse en dignidad y belleza con el de cualquier país de América. Un castellano que ha dado una nota muy alta y muy original en el cuento, en la novela y en la poesía.

lunes, 17 de febrero de 2014

Literatura: Película "Doña Bárbara" (realizar análisis fílmico)

Aquí tienen la película  "Doña Bárbara" como apoyo para el estudio de la novela. Recuerden verla y realizar el análisis fílmico. (Estudiantes de Nuestra Señora de Coromoto Fe y Alegría).

jueves, 13 de febrero de 2014

Lengua: Pluralización y personalización de Haber

El verbo haber

     Según lo establecido por los gramáticos de la lengua, el verbo haber desempeña dos funciones principales:

  1. Sus formas simples entran en la composición de los tiempos compuestos de todos los verbos (he amado, había amado, hube amado entre otros...) y en las perífrasis verbales con de + infinitivo (he de amar, había de amar, hube de amar, entre otros
  2. Las terceras personas del singular de los tiempos simples y compuestos del verbo haber se emplean en frases sin sujetos con un complemento directo para designar la existencia y situación. Ejemplos: Había muchos norteamericanos. Habrá fiesta. Había niños. Haya niños. Hubo personas.
Pluralización

    Cuando el verbo haber es usado en su conjugación en tiempos simples y compuestos en el habla espontánea del venezolano, parece interpretar que el sustantivo que lo acompaña es su sujeto (debido a que las circunstancias de los verbos es que concuerden en género y número con el sustantivo), esto explica porque se oye con frecuencia expresiones como: 
Habían unos cuantos muchachos. Hayan ranchos.

     Este uso no necesariamente mantiene relación con cierta variable sociolingüística puesto que es una NORMA en Venezuela y supera la forma habían que es la considerada gramatical. Por otro lado,  existe un uso de la pluralización de haber como lo es hubieron, este es más restringido y no suele darse entre las personas de nivel socioeconómico alto; en este caso existe una variación de tipo diafásica, además como es común en lo jóvenes, también guarda relación con la variable edad.

Personalización

    Existe en Venezuela un uso del verbo haber que no se ajusta a la propuesta gramatical, se trata de la forma habemos que no se encuentra en ninguno de los casos del verbo haber en su conjugación ejemplo:
Habemos pocos. (Cuando lo correcto sería decir somos pocos/estamos pocos).

El uso del habemos en Venezuela se observa en ejemplos como el siguiente:

Lo mismo que hay flacos, habemos más gordos.

Este uso en los últimos años se ha considerado NORMA, debido a su uso extendido; sin embargo teóricos señalan que utilizado por los bajos estratos sociales.

Norma lingüística

     Los gramáticos de nuestra lengua plantean que la forma correcta para que el hablante exprese la función que le atribuyen a habemos sería usar el verbo ser o estar conjugado en primera persona del plural, es decir somos o estamos, ejemplo:
Somos pocos.
Estamos pocos.

En el ejemplo de (lo mismo que hay flacos, habemos más gordos), se puede observar que habemos no puede ser sustituido por ninguno de los anteriores, entonces el ejemplo sería:

Lo mismo que hay flacos, hay gordos, entre esos estoy yo.

Explicación

     Se puede decir que habemos se da en justificación de una economía de recursos lingüísticos o de un descanso articulatorio, además su uso se debe a que los hablantes lo han dejado como un verbo impersonal. (Obediente)

Tomado de Alexandra Álvarez


Lengua: Las lenguas aborígenes en la Venezuela actual

     es-indigenas_390-2.jpgSe ha señalado para Venezuela entre 28 y 32 lenguas indígenas; esta inconsistencia se debe a la dificultad que existe para determinar si, en un caso particular, se está frente a una lengua autónoma o frente a una variante de la lengua. A ello se le suma el problema de la ubicación de las comunidades en el espacio geográfico, cuando ocupan áreas limítrofes entre nuestra república y las naciones vecinas. En algunos casos como el wayuú, ubicada en el estado Zulia y extendida hasta el territorio colombiano, hay un número importante de individuos que habitan del lado venezolano así como allende la frontera. No pasa lo mismo con el arauako, hablado en la región limítrofe del estado Bolívar con la Guyana inglesa, con muy pocas personas del lado venezolano y un gran número del lado guyanés. Ésta es una de las principales dificultades que ha afrontado la realización de los censos indígenas en nuestro país, que debe ajustarse, necesariamente, al límite que imponen las fronteras geopolíticas.
Según el último censo indígena y los investigadores Claude Mattei y Muller (1998), las lenguas que prevalecen en el territorio venezolano son:
  1. Arahuaca en la región centro occidental y oriental.
  2. Wayuú en la guajira, también conocido como guajiro.
  3. Añú en el estado Zulia, conocido como paraujano.
  4. Piapoko en la frontera del estado Amazonas con Colombia.
  5. El kariña en Anzoategui y Monagas.
  6. Panare en Bolívar.
  7. Kamarakoto y taurepán en la frontera con Brasil.
  8. Yekuana en Amazonas y Bolívar.
  9. El barí hablado hacia Sierra de Perijá.
  10. El warao en Delta Amacuro, entre otros.
Tomado de Zaida Pérez Gonzalez "Dos temas de dialectología hispanoamericana". Estudios Linguisticos Andrés Bello. Caracas Venezuela

martes, 11 de febrero de 2014

Lengua: Lenguas indígenas en la Venezuela prehispánica

     Ángel Rosenblat (1954) logra determinar que para 1492, aproximadamente una población de 350.000 indígenas se encontraban en lo que constituye hoy el territorio venezolano. Las etnias que habitaban nuestro país se encontraban dispersas por todo el territorio. Había áreas densamente pobladas, como las correspondientes a la faja costero montañosa y a la región andina, la cual se proyectaba hacia el pie de monte y hacia los valles aledaños. En estas áreas se encontraban aldeas que practicaban la agricultura intensiva, y en el caso de la región andina, el cultivo en terrazas  el riego.
     Hacia la depresión llanera se encontraban etnias nómadas, de cazadores y recolectores, aunque algunos practicaban la pesca intensiva y el cultivo del conuco. La región al sur del Orinoco estaba despoblada, pues estaba ocupada por grupos nómadas, grandes conocedores de la navegación que utilizaban los ríos como medio principal de su desplazamiento.
     Esta diversidad étnica estaba íntimamente asociada a una gran diversidad lingüística. Para Rosenblat, las lenguas indígenas sobrepasan el centenar en la Venezuela prehispánica. Sin embargo, Jorge Mosonyi calcula que se encontraban alrededor de 80 por todo el territorio, no obstante, resulta difícil dar con una cifra exacta. Sólo se cuenta con los materiales aportados por los misioneros jesuistas asentados en Venezuela durante el siglo XVI, XVII y XVIII, los cuales son de gran utilidad para reconocer las primeras familias lingüísticas venezolanas. 

     Ahora bien, para Acosta Saignes las lenguas estaban distribuidas de la siguiente manera. 

  1. Área Caribe. A lo largo de la región central y oriental, penetrando al interior en los actuales estados Aragua, Carabobo, Miranda y norte de Guárico hacia el centro, y hacia el oriente los estados Anzoategui, Monagas y Sucre. Los grupos que habitaban estas zonas eran, en la zona oriental: los cumanogotos, chaimas, chacopatas, cuaicas, pariagotos, píritus; en la zona central: caracas, mariches, palenques, quiriquires, tarmas, teques y toromainas. 
  2. Área de los ciparicotos. Extensión del área caribe y aparece como un enclave en el área de los arahuacos occidentales.
  3. Área de los arahuacos occidentales. Se extiende desde Falcón hasta los llanos colombianos. Comprende dos grupos: A) Los caquetíos, que habitaban en los actuales estados Falcón, Lara, Yaracuy llegando por el norte hasta las islas de Curazao, Aruba y Bonaire, y por el sur hasta el meta; y b) los achaguas, los cuales se encontraban entre los ríos Meta y Guaviare en el actual territorio colombiano.
  4. Área de los Jirajara. Abarca parte de los actuales estados Lara y Yaracuy.
  5. Área de la Guajira y del lago de Maracaibo. Asiento de las etnias de filiación arahuaca, entre lo que podemos mencionar los actuales añù, wayuu y yukpa y otras lenguas extintas como los alies, toas, onotos, y zaparas.
  6. Área de los caribes de occidente. Se extiende hasta el lago de Maracaibo, comprende los actuales yukpa y los extintos bobures, burures, pemenos y los quirires.
  7. Área de los Andes venezolanos. Ubicada entre las zonas de Mérida y Trujillo y habitada por los timotes y los cuicas. 
  8. Área de los recolectores. Abarca los actuales estados Portuguesa y Lara. Allí se encontraban, los guaiqueries, guamonteyes, jiwi, waraos y pumé. Así como también los boraures en la región norte de Portuguesa hasta adentrarse en la zona de Yaracuy.
  9. Área de otomacos. Ubiacada entre Apure y Orinoco. Estaba habitada por los guamos, taparitas, otomacos y pumé,
  10. Área de Guayana. Se extiende por toda la región del sur del Orinoco. Aún cuando se extinguieron algunos grupos de esta área, la mayoría de ellos persiste hasta nuestros días, como los maipure, mapoyo, caberre, arawak, mako, piaroa, sáliva, yanomami, yavarana, pemón.
     Después de la llegada del conquistador, muchos pueblos se extinguieron, consecuencia de los maltratos a los que fueron sometidos por el sistema de encomiendas y por las epidemias que llegaron de Europa, contra las cuales el aborigen no estaba  preparado. Se dice que algunas familias decidieron practicar el suicidio colectivo antes que someterse al yugo español; otras optaron por huir a la selva, donde el blanco europeo y el criollo eran víctimas de las enfermedades tropicales. De esta manera fue configurándose el mapa de la población indígena actual, en general replegada hacia las zonas selváticas y fronterizas.  
     Para el año 1492 en Venezuela, se hablaban alrededor de 80 lenguas y tomando en cuenta que actualmente subsisten unas 32, es posible afirmar que se ha perdido el 74, 4 % desde que se inició el proceso de conquista y colonización de nuestro territorio.

Tomado de Zaida Pérez Gonzalez "Dos temas de dialectología hispanoamericana". Estudios Linguisticos Andrés Bello. Caracas Venezuela.


lunes, 10 de febrero de 2014

Lengua: Lenguas aborígenes antes de la colonización

   
Diversos autores coinciden en señalar que el poblamiento de América se produjo por oleadas sucesivas de individuos provenientes del continente asiático, que llegaron por tierra a través del estrecho de Behring o navegando desde las islas del pacífico. Se estima que la llegada de los primeros contingentes se produjo mucho antes del neolítico y de la última glaciación, hace 30,000 o 40.000 años.
     Para Jorge Mosonyi (1987) este hecho explica la gran variedad de lenguas aborígenes americanas. El mapa linguistico de América, apunta, abarca más de 1500 lenguas pertenecientes a por lo menos unas cien familias diferentes. En Venezuela, el censo del 2001 establece la presencia de 28 etnias en el territorio nacional, que bien podían representar 30 o 31 lenguas vivas, dependiendo del criterio de clasificación. La mayorías de estas lenguas pertenecen a dos grandes familias sudamericanas la arahuaca y la caribe. Otras como la familia chibcha y la tupí guaraní también tienen presencia en el territorio nacional, pero en menor escala.  Sin embargo, hay una serie de lenguas que no tiene relación alguna con otras conocidas, éstas son llamadas independientes y en algunos casos se consideran remanentes de familias que se extinguieron a lo largo de la conquista y el período colonial.


Para el caso de Norteamérica, Edward Sapir propone seis grupos lingüísticos (1987).


  1. Esquimo-aleutino: Lenguas nativas de Groenlandia, el ártico canadiense, Alaska y partes de Liberia. Son las llamadas lenguas esquimales.
  2. Algonquino-Wakasano: Comprende la familia lingúistica que comprende la mayor parte de Norteamérica. Se incluyen en este grupo el ojibwa, cree, fox, nemómini, el mohicano y el cheyenne.
  3. El grupo Nadene: Entre las cuales se incluyen el apache y el navajo.
  4. El penutiano: Incluye las lenguascomo el chinook, takelma, kalapuya, alséannes y el uti.
  5. El grupo hokan-siouk: Actualmente reconocido como lengua siounan, habladas en la región central y sur oriental de Norteamérica. 
  6. El grupo Azteca-tanoano: El cual pertenece a la familia de los uto-azteca, ubicados en lo que hoy se conoce como territorio mexicano. Incluyen además otras lenguas como el comanche, en el estado de Texas y el tiwa hablado en Nuevo México. 
Algunas familias lingüísticas de América del Sur según Cestmir Loukotka (1968)

División del sur: Aksanás, patagón, chechehet.
División de Brasil central: Charrúa, Kaingan, puri, mashakali, botocudo, kamakan, fulnio, ge, borono, Karajá.

Tribus de la selva tropical: Arawa, tupi, otomac, piaroa, cholona, murato, mayna, jíbaro, záparo, yanoama, uarao, pano, tacana entre otras. 

Referencias
Zaida Pérez González "Dos temas de dialectología hispanoamericana" Estudios lingüísticos. Caracas 2006.



Lengua: Técnicas de discusión

Un panel es una reunión entre varias personas sobre un tema específico. Los miembros del panel, que suelen recibir el nombre de «panelistas», exponen su opinión y punto de vista sobre la cuestión.
En el debate, cada uno de los expositores presenta un punto del mismo, completando o ampliando, si es necesario el punto de vista de los otros.
Algunas veces, en la reunión de un panel se admite personas, como observadores, a personas ajenas al panel; este público puede realizar preguntas para aclarar el contenido o la posición de algún miembro del panel. El panel tiene el sentido de una consulta a los expertos mundiales en un tema.
Participantes
·         Un moderador que:
1.      Anuncia el tema y el objetivo de discusión.
2.      Determina el tiempo de la discusión y el de la realización de las preguntas.
·        Los expertos o panelistas, de cuatro a seis especialistas en el tema, que desean participar como consultores de un determinado órgano.
Preparación de un panel
1.     El equipo o persona que necesita consultar sobre un tema, define el asunto a tratar, selecciona a los participantes del panel y al moderador.
2.     Todos los participantes deben ser expertos sobre el tema
3.     El público es quien realiza las preguntas a los expertos sobre el tema tratado.


Foro
Es un tipo de reunión donde distintas personas conversan entorno a un tema de interés común. Es, esencialmente, una técnica oral, realizada en grupos.
·         El moderador inicia el foro explicando con precisión sobre cuál es el problema para discutir.
·         Señala las reglas del foro.
·         El moderador hace una síntesis de las opiniones expuestas y extrae las posibles conclusiones.
Se debe tomar en cuenta:
Anunciar el tema u objetivo en el momento antes de pasar a los demás puntos.
Presentar a los panelistas.
Determinar el tiempo de la discusión y el de la realización de las preguntas.
Iniciar la discusión.


Simposio
Es una reunión de expertos en la que se expone y desarrolla un tema en forma completa y detallada, enfocándolo desde diversos ángulos a través de intervenciones individuales, breves, sintéticas y de sucesión continuada. Los especialistas exponen durante varios minutos y un coordinador resume las ideas principales. El auditorio formula preguntas y dudas que los expertos aclaran y responden.
·         Los exponentes o personas encargadas de intervenir deben ser expertos en la materia que se va a tratar.
·         Los participantes pueden intervenir, sucesivamente, con el fin de refutar o apoyar las tesis expuestas, aunque la intención no es polemizar sino informar, o brindar nuevos puntos de vista sobre determinado tema
·         Quien debe introducir el tema es el coordinador. El coordinador debe a su vez, presentar a cada uno de los ponentes, y enunciar algunos datos de su vida profesional y académica.
·         El público se limita a escuchar, aunque generalmente, al final se da un espacio para hacer preguntas.
·         Ya que, por lo general los temas tratados en los simposios requieren cierto grado de conocimientos y van dirigidos a un público particular, suele distribuirse un abstracto o resumen escrito de los principales puntos que se han tratado en el simposio.
El simposio es una herramienta muy útil en cuanto a debates en los que se quiere llegar a un fin común teniendo en cuenta que todos los participantes quedaran conformes con los resultados obtenidos.

Mesa Redonda
Descripción: http://cv.uoc.edu/UOC/a/moduls/90/90_156/programa/main/viu/icons/xic.jpgDefinición
Técnica de dinámica de grupos en que un grupo de especialistas (entre tres y seis) en un tema que tienen puntos de vista divergentes o contradictorios sobre un mismo tema -coordinados por un moderador- llevan a cabo una discusión ante un grupo.

Descripción: http://cv.uoc.edu/UOC/a/moduls/90/90_156/programa/main/viu/icons/xic.jpgPresencialidad/No presencialidad
Hay que tener en cuenta que la descripción que se propone en esta VIU ha sido pensada básicamente para la aplicación en un entorno presencial. A lo largo del curso habrá que reflexionar sobre cómo se aplicará la técnica en un entorno no presencial, proponer ideas y llegar a una conclusión.

Descripción: http://cv.uoc.edu/UOC/a/moduls/90/90_156/programa/main/viu/icons/xic.jpgFicha técnica
Tamaño del grupo:
Grande, también puede hacerse con grupos pequeños, y hay más posibilidades de participación por parte de los integrantes del grupo.
Duración:
Hay que establecerla, se recomienda 60 minutos para los miembros de la mesa (8 o 10 minutos por miembro) y dejar tiempo para que el auditorio haga preguntas.
Organización espacial:
Los componentes deben estar sentados en una misma mesa de forma semicircular de manera que sean visibles para el auditorio. El moderador se coloca en el centro de la mesa.
Recursos necesarios:
Mesa, equipo de expertos y moderador

Tomado de internet

sábado, 8 de febrero de 2014

Lengua: Oración Simple

ANÁLISIS SINTÁCTICO DE LA ORACIÓN SIMPLE

El subsistema sintáctico se ocupa del estudio de la oración y de las funciones que dentro de ella desempeñan las distintas partes que la componen.
Tenemos, que sintaxis es un conjunto de reglas que debemos reescribir para el análisis de una oración. Estas reglas generan un diagrama arbóreo que representa una estructura profunda. Antes de conocer dichas reglas, se hace necesario estudiar el sintagma.
La oración se compone de unidades sintácticas menores que ella: los sintagmas. Éstos son palabras o grupos de palabras que tienen entre ellos una unión que les proporciona cierta autonomía sintáctica frente a los grupos que componen una oración. Ejemplo:
Los estudiantes realizan producciones escritas en el colegio.
En esta oración se pueden hacer varias subdivisiones porque en ella hay varios grupos de dos o más palabras que tienen entre sí una relación especial, lo que les da cierta independencia frente a otros grupos de la oración. Así podemos subdividir:
Los estudiantes
realizan producciones escritas en el colegio.
Cada una de estas subdivisiones constituye un sintagma, porque funciona con relativa independencia sintáctica y semántica dentro de la oración. (Tomado de Delci Mirella Torres)

TIPOS DE SINTAGMAS
SINTAGMA NOMINAL: (SN) Tiene como núcleo un sustantivo, nombre o palabra sustantivada. Ejemplo: El cantar de las aves; mis amigos; los libros.

SINTAGMA VERBAL: (SV) Tiene como núcleo un verbo. Ejemplo: Terminaron; parece evidente; corrió.

SINTAGMA ADJETIVAL: (SADJ) Tiene como núcleo un adjetivo. Ejemplo: Muy hábil; amable con la gente; buena persona.

SINTAGMA ADVERBIAL: (SAdv) Tiene como núcleo un adverbio. Ejemplo: Muy lentamente; bastante lejos; arriba.

SINTAGMA PREPOSICIONAL: (SPrep) Se compone siempre de una preposición y de otro sintagma generalmente nominal. Ejemplo: Por la mañana; en la tarde; según los medios de comunicación.

LA ORACIÓN SIMPLE
La oración es una unidad sintáctica con sentido completo, con curva tonal propia, caracterizada por tener un verbo conjugado y que está compuesta en dos partes: Un sintagma nominal (SN) y un sintagma verbal (SV). Las funciones propias de estos sintagmas son las que conocemos como sujeto y predicado. Ejemplo:
Marta compró un periódico.

SUJETO PREDICADO
SUJETO: Es la palabra o grupo de palabras que nombra la persona, la cosa, el animal, el objeto de quien decimos algo en una oración. Las palabras que lo componen son un sintagma.

* Léxico: Palabra o grupo de palabras (el sintagma nominal) que cumplen la función de sujeto en la oración. Ejemplo:
Los niños comen en el recreo.
Sujeto Léxico

* Gramatical: Expresa el número y la persona de la forma verbal de la oración, a veces se representa mediante el pronombre correspondiente. Ejemplo:

Corrí en la tarde El sujeto gramatical es la primera persona del singular (YO).

PREDICADO: Es el grupo de palabras que complementa lo que se dice en la oración del sujeto.
* Verbal: Expresa una acción que afecta al sujeto. El significado del predicado recae sobre el verbo que se denomina verbo predicativo. Ejemplo:

Yo compré un carro
Predicado verbal

* Nominal: Expresa una cualidad del sujeto. El significado del predicado recae sobre un complemento que se denomina atributo. (En los predicados nominales el verbo sirve de enlace entre el sujeto y el atributo). Por esta razón se denominan verbos copulativos: Ser, estar y parecer.

El carro de Fabián es veloz. Atributo
Verbo copulativo



SINTAGMA VERBAL: Es una palabra o conjunto de palabras que tiene como núcleo un verbo conjugado, que es el núcleo (N) del sintagma verbal. El predicado de la oración es el sintagma verbal. Ejemplo:
Ella ha escrito unos poemas destacados.
Sintagma verbal

ORACIONES UNIMEMBRES: Son aquellas que no se dividen en sujeto y predicado, pero son oraciones por el sentido. Las oraciones impersonales forman parte del grupo de oraciones unimembres. Ejemplo: Hace frío. Hay galletas en el horno.

ORACIONES BIMEMBRES: Se dividen en sujeto y predicado. Ejemplo: Tu hermano parece tu papá en esa foto.

Complementos del verbo:
* Objeto directo (OD): Complemento que nombra el ser o el objeto donde recae la acción verbal. (Se puede sustituir por un pronombre acusativo lo, la, los, las que realiza la misma función. Ejemplo:
El redactó las cartas Él las redactó
Objeto directo
El profesor me regañó Los profesores me regañaron
(Si cambia el número de la forma verbal no varía)
* Objeto indirecto (OI): Complemento que indica el destinatario de la acción verbal.
(Se puede sustituir por le, les, se, que realiza la misma función). Ejemplo:

Recomendarán una nueva canción al guitarrista.
Objeto Indirecto
Le recomendarán una nueva canción.

* Complementos circunstanciales (CC): Expresan los complementos de lugar, modo, tiempo, cantidad, entre otros. Ejemplo:

Ayer compró un carro.
CC de tiempo

ORACIONES TRANSITIVAS: Son aquellas oraciones predicativas que admiten sujeto léxico y llevan un objeto directo. Ejemplo:
Compró una casa
Objeto directo
(Las oraciones transitivas con objeto directo también pueden ser recíprocas o reflejas). Por ejemplo:
* María se peinó Refleja
* Los niños se golpearon Recíproca
Pasiva Refleja: (Conserva el objeto directo pero pierde el sujeto) Ejemplo: Se arregla neveras.

ORACIONES INTRANSITIVAS: Son oraciones predicativas y activas que admiten sujeto léxico y no llevan objeto directo. Ejemplo:

Trabaja en el parque.


ORACIONES IMPERSONALES: Son aquellas que no admiten sujeto léxico. Llevan el verbo en 3ra persona del singular.
* Con verbos de fenómenos naturales: Llevan el verbo hacer y se refieren a fenómenos de la naturaleza. Ejemplo:
Hace un frío
* Las oraciones en las que aparece el verbo haber. Ejemplo:
Hay muchas personas en la cola.
* Algunos casos con el SE. Ejemplo:
Allá se habla inglés.

Lengua: Lenguaje Escatológico




De unos años para acá en el común de la gente se ha despertado un interés por las cuestiones relativas al lenguaje, su uso adecuado o inadecuado.Se escucha por todos lados "nuestro lenguaje está en decadencia", "el venezolano no sabe hablar". Lo cierto es que como todos lo hablamos, también todos nos sentimos comprometidos a opinar sobre algo que pertenece al colectivo. Claro está que para hablar de un tema que todavía se considera tabú, como este, hay que atenerse a puntos de vista muy objetivos y desprejuiciados. Hay que avisar a los lectores que nos tomaremos la libertad de mencionar algunas palabras que forman parte de un territorio lingüístico particular, "el lenguaje escatológico", considerado por la gracia popular como groserías. 

El miedo al pudor, la moral y las buenas costumbres han hecho de ellas intrusas del lenguaje; la religión y las academias las marginaron por siempre, hasta el punto de ser prohibidas en la mesa, la familia, la escuela y conversaciones. Pero aun así, su poder comunicacional, fuerza emotiva y espontaneidad han sido suficientes para que no desaparezcan y continúen proliferando en los letreros de baños públicos,en las conversaciones de amigos muy amigos o entre parientes desprejuiciados. En años anteriores el machismo lingüístico las permitió en ciertos casos sólo para los hombres como si fueran un privilegio genético. Actualmente, las desinhibiciones de la época y las nuevas generaciones las ha democratizado un poco más.

Ahora bien, los medios satisfacen necesidades emotivas con interjecciones ridículas como !córcholis¡, !cáspita¡, !rayos!, !caracoles!, !centellas!. El caso de Popeye es bastante singular, puesto que en lugar de expresiones como !no joda¡ o !coño¡ prefiere el inofensivo eufemismo ¡que el diablo nos lleve!

De mi parte, siempre he dicho a mis alumnos que las llamadas escatologías son intensas pero a veces necesarias. No es lo mismo "recordarle la progenitora" que "mentarle la madre" a alguien que ha ofendido tu dignidad. En ciertos contextos familiares puede resultar casi ridículo exclamar “¡outch!” cuando te has dado tremendo coñazo en la espinilla y solo te provoca gritar “¡coooño!”. Ni que fueras Batman o Robin.

Vuelvo con el cuento del señor maracucho a quien escuchamos en la plaza Bolívar de Maracaibo. El grupo con el que discutía lo estaba imprecando y a coro le decía “¡traidor, coño’e tu madre!” Pues para él la salida más honorable fue llamarlos a todos “¡mamagüevo’e perro!”. Si se quiere, haberles respondido con un “¡imbéciles!”, "¡estúpidos!" o (incluso) "¡la tuya!" habría sido interpretado por quienes lo ofendían como torpe y hasta fuera de contexto, sino amanerado.

Porque hasta las escatologías tienen su contexto. Y no usarlas cuando se las precisa, puede resultar nocivo para la salud. En esto de los usos del lenguaje, a la gente que se cree más que los demás y que alega no usar ¡jamás! las llamadas groserías porque le resultan propias del vulgo (he allí la censura y discriminación solapadas), le parece gracioso y hasta totalmente permisible que en las películas gringas los personajes repitan hasta la saciedad las expresiones shit, fuck you, son of the bitch cada vez que se les antoje. Y si se trata del francés no digamos las veces que en los coloquios parisinos se repiten las candentes voces ¡merde! o ¡connard! (equivalente francés al gilipollas peninsular, creo).

A veces a los puristas criollos hasta les suena chic o cool que los anglo y francoahablantes hablen de ese modo tan “gracioso”. Y para no marchar tan lejos digamos que en situaciones informales los españoles “conjugan” las palabras mierda, culo y cagar en todas sus “acepciones posibles”. Así como tenemos una gramática zuliana del vocablo “verga”, muy bien pudiéramos hacer el mismo ejercicio con estos tres términos y sus usos en la península ibérica. Lo que diría un conocedor es que prácticamente las han resemantizado, ya no son escatologías, como quizás siguen siéndolo en algunos países hispanoamericanos. Por eso es casi una situación de chiste cuando los peninsulares expresan “hacer de(l) vientre” para referirse al acto de expulsión anal de los excrementos. O sea, luego de cagarse hasta en la virgen, pues dicen “hacer del vientre” cuando es la hora de acudir al váter. 

El DRAE cataloga cagar como verbo intransitivo malsonante y agrega como su primera definición: “evacuar el vientre”. Más adelante indica además que la locución que te cagas (también tipificada como malsonante) significa “muy bueno, excelente”: “esta paella está que te cagas”).

En otras entradas, el mismo DRAE alude a “exonerar el vientre” como “descargarlo de excrementos”, lo que también puede expresarse como “hacer de(l) vientre”, creo que la más usada al menos en predios castellanos.

En esto mi tía Eloína se la dio siempre de castiza. Cada vez que requería ir a la letrina a defecar, solía decir que necesitaba “hacer del cuerpo”. Debido a ello, una de mis primas (expósita, igual que yo) bromeaba cuando quería hacerla rabiar y se esmeraba gritando:

 “¡Ya vengo, voy al baño a cagar¡

Mi parienta saltaba furibunda y le recriminaba:

-¿Mirá vergajita, coñita, cagoncita, mierdita! Hay muchas maneras de decir que vais al sanitario sin utilizar esa palabra tan fea. ¡Cagar no es de muchachas decentes y de clase como vos! Podéis decir defecar, deponer, ensuciar, hacer del cuerpo, hacer pupú, poner la grande, agacharse... ¿qué sé yo cuántas más?, ¡pero no cagar, chica! ¡Las señoritas como vos no cagan!

-¡Bueno –respondía mi prima con evidente sorna- pues entonces la próxima vez voy al baño, defeco, depongo, ensucio, hago del cuerpo, hago pupú, pongo la grande, me agacho...! Y… ¡ finalmente cago! ¿Te parece? 

Era muy particular mi parienta. Aunque de cada diez palabras que pronunciaba cinco eran de las catalogadas pudibundamente como “groserías”, se empeñaba en enseñarnos que, debido a su condición de “madre superiora”, ella “tenía derecho” a utilizar cuantas le diera su realenga gana, pero nosotros no. Por lo general, nos corregía cada vez que decíamos algo fuera de lugar y nos conminaba a utilizar algún eufemismo que reflejara nuestra condición de asistentes a la escuela.

Lo mismo ocurre con algunos hablantes puristas venezolanos, “inmaculados” y cuidadosos ante el lenguaje de los que consideran por debajo de su “estatus social”, “posición económica” o “jerarquía escolar”. Sin embargo, se despepitan de la risa cada vez que escuchan que un español que habla en la tele dice que lo tienen “hasta los huevos”, que se “caga en la leche”, o conmina a alguien “a tomar po’l culo”. Ergo, en otras latitudes, con otros hablantes de otras dimensiones u otros idiomas, hasta les resultan "musicales" y chistosas algunas expresiones que dichas en nuestro humilde ambiente hispanomericano pueden hasta ser consideradas delitos de esa patria lingüística. 

Así es esto del verbo. Así somos los hablantes, a veces sin saberlo. Contradictorios. Discriminadores. Censores agazapados en permanente vigilia ante lo que contradice nuestras creencias y preferencias.

En conclusión, no se pretende con estas apreciaciones secretar la popularización del léxico escatológico del español de Venezuela. En todo caso, eso es una tarea que ha correspondido a los hablantes mismos, independientemente de academias, profesores, consejeros o de otros factores de censura. Eso si, se hace imperativo que los que investigan el lenguaje se preocupen más por su estudio y su presencia en los hábitos verbales del venezolano.
 En realidad, no hay que abusar mucho de ellos, para que se conserven; no es necesario promocionarlos como "monerías"en las expresiones infantiles. Sin embargo, tampoco debemos sentir que hemos perdido la vergüenza ni que hemos incurrido en el irrespeto más vil, cuando las circunstancias del entorno en el que dialogamos con alguien  requieran de la expresión de alguno de los términos. Son nuestros hábitos sociolingüísticos y el papel que jugamos como hablantes dentro de un contexto determinado, los que nos indicarán dónde caben y dónde no. En último caso, tengamos en cuenta que son tan buenas palabras como las otras, regidas igualmente por patrones de uso, de acuerdo al contexto situacional y en muchos casos a nuestros valores. Mis vecinas lo saben muy bien, aunque a veces gritan demasiado.  

¡Joder!

Referencias
Luis Barrera Linares. 
Lingüista venezolano

Lengua: Rotacismo y Lambdacismo




Rotacismo: Consiste en la realización /l/ como una líquida vibrante sonora /r/. Ejemplos: Culpa por curpa, delantal por delantar.


Lambdacismo: Es la confusión que se realiza cuando un grupo de hablantes al pronunciar /r/, realizan la /l/. Ejemplos: Comer por comel, parte por palte.

En Venezuela se da la confusión  de /l/ y /r/ en posición final de sílaba. Este fenómeno se encuentra en los hablantes de las zonas rurales del país, excepto en las tierras altas de los andes, también en los llamados hablantes de la clase urbana marginal y en sectores de los llanos y el oriente; incluso en gente de cierto nivel sociocultural.
Estos fenómenos comunes en el Caribe hispanohablante, se caracterizan por la inversión de sonidos (cambul por cambur, arguno por alguno, entre otros), aunque en muchos casos lo que se da es un sonido intermedio entre l y r.

Otros ejemplos:

Rotacismo:
Mir por mil.
Er barco por el barco.
Cardera por Caldera.
Arcide por Alcides.

Lambdacismo:
Manjal por manjar.
El balco por el barco.
Coliflol por coliflor.
calne por carne.
pol por por.

Nivel fonético- fonológico (Explicación lingüística)

Rotacismo: /r/ intrusa.
Este fenómeno consiste en que la consonante lateral alveolar sonora /l/ se pronuncia como la consonante vibrante alveolar simple /r/.

Lambdacismo: /l/ intrusa.
Este fenómeno consiste en que la consonante vibrante alveolar simple /r/ se pronuncia como la consonante lateral alveolar /l/.

Referencias
Barrera Linares y Palacios.
Enrique Obediente.
Fraca y Obregón.
Chela Flores.
Bentivoglio.